Vivir buscando el Norte, esa es mi lucha personal. El norte como horizonte, el norte como infinito, como respiro, como suspiro. El norte como sueño...
viernes, noviembre 20, 2009
¡HASTA SIEMPRE!
Era un hombre de campo, rudo, sí, pero con un saber estar impresionante. La piel curtida y morena por las largas horas expuesta al sol. El sombrero de paja, el cigarro en la comisura de los labios, los ojos claros, parco en palabras, andares pausados, las manos trabajadas de un currante de sol a sol. Pastor y agricultor, observador, de silencios largos, de esas personas que saben mucho pese a no tener estudios.
Visita obligada cuando íbamos al pueblo, el de Cáceres, para entendernos. Lo habeis visto en un par de ocasiones en este blog. Lo ví por última vez en Mayo y esta semana nos ha dejado. Eso sí, me queda el recuerdo de todas las cosas que he aprendido de él, que no son pocas.
Me dió la oportunidad de ir a trillar a la era, momentos que recuerdo con muchísimo cariño, porque para una niña lo de sentarse sobre un trillo que se desliza suavemente dando vueltas y vueltas era muy divertido, aunque termináramos repletitas de paja y de picores. También nos subía a lomos de sus caballos, entre alforjas repletas de grano, hortalizas, verduras y frutas. Me enseñó a ordeñar cabras cuando se lo pedí, que se quedó perplejo con el antojito de la muchacha de ciudad. Con la sonrisa dibujada en el rostro, y alucinado de que semejante cosa me pudiera hacer ilusión, se armó de paciencia y ejerció de maestro en el arte de sacar la leche para después hacer los quesos, porque de campo sabía lo suyo, imaginaros. Me acercó al mundo secreto de los animales, de los cerdos, las gallinas, los conejos, las cabras, los caballos y yeguas... Me enseñó a vaticinar la lluvia observando el comportamiento del rebaño, que resulta que las cabras comen el doble de lo normal porque intuyen mal tiempo y saben que al día siguiente no salen a pastar. Ni falta que os diga que las conocía a todas de Pé a Pá, parentescos incluidos.
Así que aquí dejo mi homenaje a tío Félix, porque deja una huella imborrable en mi recuerdo. ¡Hasta siempre!.
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4 comentarios:
Triste la muerte de tio Félix a mi me ha dejado una profunda tristeza Mi primer trabajo en la vida fue sacando corcho cerca de portugal con la gente del pueblo cuando yo tenia 15 años lo hice con él duarante mas de dos meses yo era su ayudante dormiamos en el monte y haciamos la vida juntos con el empece a ver un poco la vida con esta experiencia tan grande, el siempre me lo recordaba y yo lo recuedo como una buena persona y tambien recuerdo mucho su sonrisa ahora pero ahora ya todo son recuerdos.
En fin cuando se muere alguien tan cercano se va algo de mi tambien con él.
Un saludo lorena de tu primo (me ha encantado la descripcion de tio Félix)
Fernando
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Fernando: ¡¡¡Que bonitas las cosas que has escrito de tío Félix!!!, no sabía yo esta experiencia tuya junto a él. Gracias por compartirla.
Te llamamos sin falta la semana que viene, no nos hemos olvidado de tí, pero andamos muy despistados y a turnos contrarios, así que sin falta la semana que viene te damos un toque. Muchos besitos.
Lo siento mucho, por desgracia se la huella que deja la gente importante en nuestra vida, cuando se va.
Un consejo que me dieron hace tiempo fue que mientras los recordemos, seguiran vivos en nuestros corazones y que por mucho tiempo que pase siempre permaneceran en ellos.
Un besote muy grande a los dos.
Alejandra: Lo echaremos de menos en nuestros viajes a Cáeceres. Un abrazote, veo que te has pegado un atracón de blog.
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